domingo, 19 de junio de 2016

SELECCIÓN DEL ACUARIO Y EL MUEBLE

Una vez encontrada la ubicación adecuada, viene la búsqueda de la urna, el mueble y demás aparatos que necesita un acuario para funcionar.

A la hora de plantearse la urna que se quiere comprar, hay que tener en cuenta que se pueden adquirir urnas de un tamaño estandarizado, algunas incluso incluidas dentro de un mueble a medida para esa urna en concreto, y con diferentes diseños: una banda que cubre la urna en su borde superior e inferior, o solo en uno de ellos, o en ninguno de ellos, con distintos colores, con bordes agudo o redondeados, más anchos que altos, más altos que anchos, de esquina, invertidos, prismáticos, esféricos, cúbicos... Pero también puedes encargar el acuario con las medidas que prefieras.

Si lo vas a comprar en medidas estandarizadas, sólo tienes que mirar la web o acudir a tiendas de acuariofilia y buscar el modelo que más se ajuste a tus gustos y posibilidades.

El problema es cuando, como hice yo, te decides por encargarlo a medida para que encaje en el hueco que le has encontrado. Aquí tienes que tener en cuenta que, casi con total seguridad, va a ser más caro que el de medidas predeterminadas. Por otro lado, hay que pensar en la forma que quieres darle al acuario.

Los acuarios prismáticos más anchos que altos son los más comunes y los que solemos imaginar cuando pensamos en un tanque para acuariofilia. Permiten tener una visión panorámica, los peces se moverán de derecha a izquierda haciendo más vistoso su nado para quien los observa de frente y, con una buena decoración, puede aparentarse más profundidad de la que tienen y dar un aspecto estético muy agradable.

Los acuarios más altos que anchos tienen el inconveniente de ser más difíciles de limpiar y trabajar con ellos, y el nado de los peces pierde elegancia, además de que los peces van a encontrarse más estrechos, ya que la mayoría suelen nadar en horizontal más que en vertical.

Los redondos tienen menor resistencia y menor estabilidad, salvo que se le de una base de apoyo amplia, con lo que o bien pierden la forma, o bien se oculta parte del acuario con el objeto que lo sostiene. Aún así, se pueden conseguir diseños muy originales con este tipo de acuarios. Un inconveniente que aparece es que la abertura superior, al ser necesariamente más pequeña que la superficie del agua, va a ser menos adecuada para una correcta ventilación de la cámara de aire que se forma entre la superficie del agua y el borde del acuario (este problema se puede solucionar con un aireador en el interior del acuario).

Algunos ejemplos de diseños que se pueden encontrar en google:





Una vez que has elegido la forma de la urna (en mi caso la clásica de prisma en posición horizontal), hay que tener en cuenta que el grosor del cristal también tienes que elegirlo, y éste va a depender del volumen de agua del acuario y si quieres que tenga o no tirantas y marcos de refuerzo. Las tirantas son láminas de cristal o metal, generalmente, que se tienden entre las láminas de cristal anterior y posterior o a lo largo del perímetro de la urna para darle más resistencia para contener la presión que ejerce el agua sobre las paredes del acuario. Hay un buen cuadro que se puede encontrar en la web buscando "grosor del cristal para acuarios" y que os reproduzco aquí abajo:



Yo me decidí por un acuario con tirantas y marcos de refuerzo de la menor anchura posible para no tapar demasiado la visión del acuario. Quise reforzarlo muy bien porque a mi hermano en una ocasión se le abrió el acuario de 96 litros que tenía y os podéis imaginar el desastre que se organizó. Con 300 litros no quería que pudiera pasar algo parecido. Escogí el grosor de 10mm, unos refuerzos de 3cm de anchura de color negro y unas tirantes perimetrales. Cuando encargas el acuario también puedes escoger el tipo de cristal, si quieres que sea convencional o un cristal óptico que disminuye los reflejos (lo elegí óptico). Puedes elegir que la silicona sea blanca, negra o transparente (en mi caso fue esta última). Y finalmente, puedes escoger entre poner o no tapa al acuario. Esto último es muy importante. Una cosa a tener en cuenta es que a todos los peces les gusta saltar, con lo que, si no tienes tapa, es bastante frecuente que alguna vez te puedas encontrar un pez en el suelo junto al acuario por esa costumbre que tienen de aprovechar las paredes lisas del acuario para nadar cogiendo impulso y saltando, a veces fuera del tanque. Por éso es muy importante tener un acuario con tapa. La tapa no debe impedir la adecuada ventilación de la superficie del acuario, lo que es fundamental para el intercambio de gases dejando escapar el dióxido de carbono e incorporando oxígeno del aire, por lo que siempre es conveniente tener más de una lámina superpuesta dejando un espacio entre ambas o bien dejar algún hueco que, por otra parte, servirá para el paso de cables, tubos y macarrones que formarán parte del material necesario para el buen funcionamiento del acuario.

Respecto a las tirantas. En mi caso, al ser perimetrales, el fabricante las dejó muy cerca del mismo borde del acuario. Ésto me permite tener más volumen de agua sin estar limitado por el "techo" que suponen las tirantas. Un inconveniente de este tipo de tirantas es que hay algunos instrumentos útiles que se pueden poner colgados del borde del acuario (parideras, alimentadores automáticos, apoyos de lámparas, etc.) y que suelen estar preparados para adaptarlos al grosor habitual de los cristales, pero que no se ajustan a una tiranta de 5cm de anchura como las que tengo.

Y bien, una vez encargada la urna, la pude tener en casa en dos semanas. Un problema que tenía fue que la empresa que lo enviaba no hacía la entrega en la misma puerta del piso, sino que me lo entregaban en la puerta del bloque, y tenía que subirlo al piso, en un noveno. La urna es bastante grande (100x50x60cm), a lo que había que añadir el palé sobre el que venía y la caja con los refuerzos que la cubrían que apenas cabía en el ascensor, con lo que tuve que enviar al ascensor solo con el acuario hasta el noveno y subir las escaleras rápido para cogerlo antes de que alguien volviera a llamar al ascensor. Aunque el mayor problema no era el ascensor sino el peso del acuario. Este acuario puede llegar fácilmente a los 80-100 kg y, con sus dimensiones, se hace difícil de manejar por una sola persona.

Una vez elegido el acuario, y antes de encargarlo, elegí el mueble que iba a poner para sostenerlo. Al haber escogido el acuario a medida era difícil encontrar un mueble que tuviera la superficie exacta que encajara con la del tanque (100x50cm). Y los muebles que encontraba no estaban preparados para el acuario, así que encargué el mueble a medida.

Al diseñarlo, hay que tener en cuenta lo que suele hacer falta para el acuario. En primer lugar, tiene que tener un grosor y resistencia suficiente como para resistir el peso de la urna, que ya hemos visto que es importante, el del agua que añadimos al acuario y el de la arena y demás decoración que se le ponga. En mi caso, en total debería resistir unos 400-420kg aproximadamente, por lo que todos los paneles del mueble iban a ser de madera y, además, llevaría una tabla en la zona central dividiendo el interior en dos mitades para evitar que el peso del acuario combase la tabla superior.

En segundo lugar, hay que hacer un buen cálculo del tamaño del mueble y una buena distribución del interior del mismo. Un elemento esencial para el funcionamiento del acuario, y del que hablaremos más adelante, es el filtro. Un filtro adecuado necesita mover como mínimo el doble del volumen del acuario por hora, con lo que en mi caso iba a necesitar al menos uno que moviera 600 litros por hora. El que elegí movía 1200 litros por hora y, al conocer ya las dimensiones del elegido, pude, a partir de ahí y teniendo en cuenta el espacio que ocupan los tubos y los cables, calcular el tamaño de los huecos que necesitaba para el mueble. Dejé el hueco de la derecha para el filtro y el cableado y el de la izquierda para almacenar el resto del material necesario (alimentos, abonos, productos para el tratamiento del agua, cabezas de poder accesorias, herramientas, arena sobrante, repuestos...). Pedí también un estante para el lado izquierdo y un estante extraíble pegado a la tabla superior en el lado derecho para poder usarlo como mesa de trabajo para los cambios de agua, las podas y demás tareas que hay que hacer con el acuario. Nunca hay que olvidar también, dejar unos huecos perforados en la tabla posterior para pasar tubos y cables. Partiendo de lo que necesitamos en el interior, así calculamos el tamaño total del mueble, para lo que hay que tener en cuenta también nuestra altura, ya que la suma total del mueble y la urna no debería sobrepasar la altura de nuestra axila, con el fin de que, una vez instalado, podamos llegar al fondo del acuario con el brazo desnudo sin necesidad de subirnos en una silla u otro objeto haciendo equilibrios cada vez que tengamos que trabajar en el acuario.

Una vez escogido y encargado el mueble, dejé encargada la urna. Ambas cosas llegaron casi a la vez. Y una vez entregado el mueble, pude poner la urna encima. Otro detalle muy importante a tener en consideración cuando se pone la urna sobre el mueble, es que ni la tabla ni el cristal son totalmente lisos, y por éso es conveniente poner una lámina de un material relativamente blando que sirva para homogeneizar las superficies y que a la vez sea antideslizante con el fin de evitar presiones excesivas sobre puntos aislados el cristal del fondo del acuario y posibles deslizamientos del mismo.

Con ésto ya tenía el continente para el acuario. Ahora hacían falta los instrumentos para su funcionamiento. Veremos ésto en una nueva entrada.

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