Lo primero que hay que plantearse cuando uno piensa en instalar un acuario es el lugar de la casa donde lo vas a situar. En función de ésto, vienen el resto de consideraciones: el espacio del que se dispone, el mobiliario que lo rodea, la luz que recibe...
Cuando te gustan los acuarios, quieres poder ver tu propio acuario todo lo posible. Así que tratas de buscar el lugar donde pases bastante tiempo o que esté en una zona de bastante paso en el piso o casa. Pero cuando uno no vive solo, tiene que tener en cuenta las opiniones del resto de habitantes de la casa, así que conseguir una buena localización es algo complicado. Una vez consensuados los lugares posibles, hay que plantearse cual va a ser el lugar más adecuado para los peces. Porque, claro, teniendo en cuenta que un acuario no es un simple adorno, sino un pequeño ecosistema en el que vamos a mantener varios tipos de seres vivos, lo más importante no es tanto el gusto de cada uno, sino, respetando el gusto, ofrecerles las mejores condiciones de vida a sus pobladores.
También hay que saber qué tipo de acuario se quiere instalar. Podemos tener acuarios de solo peces, donde no se van a poner plantas, o éstas van a ser plantas artificiales. También podemos instalar un acuario de aquascaping donde vamos a tratar de reproducir un paisaje de la naturaleza y solamente vamos a tener plantas y otros elementos decorativos naturales y, si hay algún pez, será algún pez mosquito u otra variedad de peces muy pequeños o gambas de agua dulce y en poca cantidad (recomiendo ver los paisajes de Takashi Amano). Tal vez queramos instalar un acuario holandés, donde prima la abundancia de vegetación, intentando crear un jardín muy frondoso donde los peces están prácticamente prohibidos. Finalmente, podemos hacer un acuario mixto con peces y plantas. Para el aquascaping y para el acuario holandés vamos a necesitar obligatoriamente un sistema de CO2, lo que supone tener que instalar una bombona que aporte el dióxido de carbono del que se nutrirán las plantas, ya que no va a haber peces que generen el suficiente carbónico como para que estén frondosas. En un acuario de peces, este sistema no va a ser necesario, y en uno mixto, dependerá de lo que se quiera instalar y del tipo de biotopo que se quiera recrear. Yo tenía en mente instalar un acuario mixto, ya que me gustan los peces pero también la espesura y el color de la vegetación bajo el agua.
Acuario holandés |
Aquascaping
Hay que pensar si se quiere un acuario pequeño o grande. Un acuario pequeño tiene la ventaja de que es fácil de ubicar; en caso de desastre que requiera reiniciar el acuario, es más manejable; los cambios de agua se hacen más rápido; y a priori, es más barato de mantener (por ejemplo, entre otros aspectos más importantes de los que luego hablaremos, los productos que se utilizan para mantener el agua, las plantas o tratar a los peces se administran por volumen de agua del acuario, y al tener menos peces, se gasta menos comida). Entre los inconvenientes, debemos saber que, al disponer de menos volumen de agua vamos a poder meter menos peces y, además, pequeños cambios en la química del agua van a provocar problemas con más rapidez que en un acuario de mayor volumen. Un acuario grande tiene la ventaja de tener una respuesta más lenta a los cambios químicos en el acuario (un accidente con la comida o la falta de mantenimiento durante algunos días de vacaciones no afectan tanto al acuario grande como al pequeño); permite meter más cantidad y variedad de peces y peces más grandes; ofrece la posibilidad de instalar más parideras y espacios para cría que en uno pequeño. Sus inconvenientes incluyen la necesidad de mayor volumen de agua a cambiar en cada ocasión; más tiempo de trabajo aunque con menor frecuencia que con un acuario pequeño; es menos manejable (una vez instalado hay que pensárselo mucho antes de cambiarlo de ubicación); a priori, es más caro de mantener. Cuando monté mi primer acuario, mi presupuesto me daba para uno de 96 litros teóricos, y esta vez quería uno bastante más grande que me permitiera tener peces grandes, más cantidad de peces y más cantidad de plantas.
Merece la pena pararse a comentar lo referente al tamaño y número de peces que podemos meter en el acuario, ya que excedernos en este caso dará lugar a una sobrepoblación del mismo.
Cuando uno va a la tienda a comprar peces y ve toda la variedad de tipos, formas y colores que hay, se querría llevar de toda clase de peces. Sin embargo, los peces de las tiendas crecen, y a veces el pez que parecía pequeño acaba, literalmente, sin caber en el acuario (algunos se compran de unos pocos centímetros y acaban midiendo cerca de un metro). Además, cada pez va a necesitar un volumen mínimo de agua en el acuario y va a ocupar una parte determinada del agua del tanque. Así, peces muy grandes como un koi puede necesitar un mínimo de 10000 litros para vivir cómodamente (espacio de hábitat) y en ese volumen podremos meter unos 10 peces de ese tipo (tienen un espacio vital de 1000 litros); un pez grande como un disco (Symphysodon) o un goldfish necesita un mínimo de 100-120 litros y podremos meter un pez por cada 50-60 litros; un pez mediano como un Microgeophagus ramirezi necesitará un mínimo de 20 litros por pez; un pez pequeño como los pequeños tetras necesitará un mínimo de 5 litros por pez. Habrá peces que naden preferentemente por el fondo del acuario (corydoras), otros por la superficie (el guppy), otros por la zona media (los neones), y otros con una zona de nado que cubra todos los tramos de profundidad.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta el volumen del que disponemos. Cuando instalamos un acuario con un mínimo de decoración, hay que tener en cuenta que no lo llenamos hasta el mismo borde, que la grava, los troncos, las plantas, el termostato y demás aparatos del acuario, ocupan un volumen que se resta al volumen real de agua del acuario, y todo ésto da lugar a que un acuario de 96 litros teóricos (80x40x30cm) se nos pueda quedar en unos 60 litros reales, o que un acuario de 300 litros se nos pueda quedar en unos 200-240 litros reales.
Volviendo al lugar en el que lo vamos a situar, debemos tener en cuenta también que haya uno o varios enchufes cerca, para poder conectar todos los accesorios que vamos a necesitar y que van a ser vitales para el funcionamiento del acuario. Como mínimo necesitamos un enchufe para la luz, otro para el termostato (si queremos un acuario de agua caliente) y otro para el filtro. Además, siempre vamos a necesitar algún enchufe más por si nos hace falta conectar un ventilador para el verano, una bomba extra, un aireador, etcétera; por lo que vamos a necesitar una instalación que soporte la potencia necesaria. Normalmente un único enchufe conectado a una regleta suele ser suficiente, pero a veces podemos necesitar dos enchufes separados.
Por otro lado, es importante que el acuario no esté en un lugar con luz solar directa, ya que ésta va a afectar a la temperatura del acuario (sobre todo en verano); va a fomentar la aparición de algas; va a impedirnos controlar totalmente el ciclo de luz que queramos para nuestro acuario y que en algunas ocasiones va a ser necesario modificar (por ejemplo para el tratamiento del punto blanco); y va a afectar a la conducta de algunos peces, sobre todo aquellos que necesiten especialmente zonas de sombra (todos los peces necesitan ocultarse en zonas de sombra en algún momento). Ésto no significa que haya que poner el acuario en un cuarto oscuro, pero sí que hay que evitar esa luz directa.
Teniendo todo ésto en cuenta, encontré el mejor lugar en un rincón de la cocina de casa. Es una cocina bastante amplia y con un zona de acceso que dejaba un hueco vacío con un enchufe que quedaría justo detrás del acuario y otro relativamente cerca por si hubiera una emergencia. Está cerca de la entrada al piso, en un lugar de bastante paso, con lo que lo tengo accesible. También está visible desde una zona del salón en la que suelo ponerme a trabajar y estudiar, con lo que sirve para relajarse teniéndolo de fondo. La cocina tiene una ventana que da claridad sin tener luz solar directa a la zona del acuario. Y el espacio que había libre me permitía poner un acuario de, al menos, 300 litros teóricos y a la altura que mejor me viniera.