domingo, 4 de septiembre de 2016

SUSTRATO, FONDO y DECORACIÓN

En esta nueva entrada voy a explicar a comentar algunos aspectos a tener en cuenta sobre el sustrato y comenzaré a explicar cómo fui decorando mi acuario.

Lo primero a introducir en el acuario es el sustrato, el fondo y la decoración.

a) Respecto al sustrato, hay que escoger el adecuado para los peces y para las plantas que vamos a introducir, ya que va a cambiar el grosor del grano, el color, la forma, el material, etc.

Existen muchas páginas y vídeos que muestran la forma de introducir el sustrato empleando distintas capas que aportará minerales como hierro, abono para las plantas, distintas capas de distinto grosor del grano... También los hay que llevan estos productos ya mezclados y se usan en una sola capa de sustrato. Respecto a este tipo de planteamiento, opino que no es necesario aplicar estas diferentes capas, respetando siempre la opinión de acuaristas que las aplican y que pudieran justificar su uso. Sin embargo, para mí, es poco útil usar capas de sustrato que aporten el abono o minerales, ya que estos se agotan en algún momento y habrá que seguir añadiendo el abono y los minerales directamente en el acuario. Además, estas capas suelen tener un granulado muy fino que se puede acabar compactando e impidiendo así la circulación de agua en el sustrato (ya de por sí escasa), facilitando la aparición de zonas de anaerobiosis con la consiguiente producción de sustancias y gases tóxicos que pudieran pasar al resto del agua del acuario.

Lo que sí es conveniente hacer en todo caso, es poner el sustrato de forma inclinada con más altura en la parte posterior del acuario que en el frontal, con el fin de dar más sensación de profundidad.

Una vez que he explicado que yo uso un solo tipo de sustrato, comentaré los distintos tipos que tenemos.

Hay sustratos como la acadama, un tipo de sustrato usado en el cultivo del bonsai, que permite reducir el pH y la dureza del agua, pero cuya actividad en este sentido se puede agotar. Además, algunos acuaristas comentan que, pasado un tiempo, puede liberar las sales retenidas aumentando la dureza de forma brusca. Por este motivo, aunque estuve a punto de utilizarlo, me decidí por otro tipo de sustrato.

Hay sustratos inertes, que en mi opinión serían los más recomendables, ya que cualquier cambio en la química del agua que produzca un sustrato, se va amortiguando con los cambios de agua, mientras que en los inertes podremos tener un control más preciso de la química del agua del acuario sin contar con un efecto poco controlable por parte del sustrato. Con estos sustratos hay que tener muy en cuenta que hay rocas y piedras calcáreas que no son inertes, sino que liberan sales al agua con el paso del tiempo. Una buena prueba para saber si son realmente inertes puede ser echar ácido clorhídrico (que podemos encontrar en la tienda en algunos productos de limpieza) sobre una muestra del sustrato y ver si burbujea. En caso de burbujear, no sería adecuado para el acuario, ya que liberará sales al mismo.

Una vez que nos hemos decidido por el tipo de sustrato, debemos ver el tamaño del grano.

Un grano demasiado grueso impide el enraizamiento de plantas con raíces pequeñas (Hemianthus callitrichoides, por ejemplo), y un grano demasiado fino (arena fina) impide la oxigenación de las raíces de las plantas y tiende a compactarse. Tendremos en cuenta estos extremos a la hora de elegir el tamaño del grano.

También hay que tener en cuenta la forma del grano, ya que los granos con aristas pueden hacer que los peces que buscan comida en el fondo, como los corydoras, puedan herirse al rebuscar entre los granos. Por eso, si vamos a tener este tipo de peces, es mejor usar un grano sin aristas.

Otro elemento a tener en cuenta es el color de grano. Existen granos de colores vistosos como azules, rojos, verdes, mezclas de colores... que pueden resultar decorativos, pero en los que hay que comprobar que no pierdan color al disolverse los pigmentos que pueden llevar, ya que desluciría la decoración y, sobre todo, podrían soltar en el agua sustancias no recomendables para los peces. Hay que tener en cuenta que un sustrato oscuro va a resultar muy estético, pero va a restar luminosidad al acuario, mientras que un sustrato blanco o muy claro, va a reflejar mucha luz y da mucha claridad al acuario, lo cual puede resultar muy bonito, pero hay peces a los que no les gusta tanto brillo. Por lo general, los peces necesitan una cantidad moderada de luz, algunos necesitan refugios oscuros en los que esconderse, los hay que prefieren incluso nadar por la noche o con muy poca luz, por lo que un fondo muy claro puede resultarles molesto.

Por estos motivos, yo escogí un sustrato de color marrón claro (ni muy oscuro ni muy claro), que simulara tierra para darle un aspecto más natural. Además, al querer un acuario comunitario, necesitaba un sustrato neutro al que se pudieran adaptar distintos peces. La forma es poco angulosa, porque me gustan los peces de fondo y no quería que se lastimaran. El tamaño es de 5 mm o menor , adecuado para la mayoría de las plantas (luego descubrí que era demasiado grueso para muchas plantas tapizantes). Puse una única capa de este sustrato, y también quise poner una banda de arena blanca fina en diagonal desde el frente hacia el fondo para darle profundidad al acuario. Ésta banda se quedaría sin plantar y quedaba con un color bonito.

b) Respecto al fondo, podemos usar fondos de fantasía, fotografías o fondos monocromáticos o no poner fondo.

Generalmente se adhiere en la cara externa del cristal posterior del acuario. Los de vinilo se deben colocar con mucho cuidado de no dejar burbujas de aire, y en superficies amplias de acuarios grandes, puede ser mejor que venga de fábrica con el vinilo ya puesto. Lo más indicado sería un fondo neutro con un color que no oscurezca demasiado el acuario ni le dé demasiados reflejos (vale lo mismo que comenté para el sustrato), aunque todo va a depender del gusto de cada uno, de la decoración que queramos poner y de la situación del acuario: con un acuario en una isla en medio de una habitación no es conveniente poner fondos, por ejemplo. Además, hay muchos fondos en fotos que se pueden cambiar fácilmente, por lo que no es una decisión tan importante como otras que tratan de elementos más difíciles de modificar.

Yo elegí un vinilo azul uniforme para dar un reflejo relajante que permita destacar los colores de los peces sin un exceso de reflexión de luz y no tan oscuro como para apagar los colores de los peces y plantas.

c) La decoración puede ser de lo más variado y va a depender de la idea que tengamos sobre nuestro acuario.

Para acuarios meramente decorativos, podremos poner cualquier objeto de fantasía. Para acuarios de biotopo, en los que queremos reproducir el ambiente natural en el que viven los peces que vamos a introducir en el acuario, vamos a necesitar los elementos que permitan constituir esos ambientes: rocas, piedras, raíces, ramas, plantas... Se pueden incorporar cascadas de arena que simulen ríos o incluso erupciones volcánicas... Todo depende del gusto y la imaginación de cada cual.

Respecto a los troncos, raíces y ramas, hay que tener en cuenta que la madera que buscamos en la naturaleza no está tratada, por lo que suele flotar. Si no flota, como por ejemplo, la que encontramos en la orilla de un embalse y que ha estado un tiempo sumergida, sí soltará taninos que enturbian y acidifican el agua del tanque, por lo que será necesario tratarla previamente con sucesivos (muchos) hervidos de los troncos hasta que suelten todos los taninos (se aclare el agua del hervido).

Así mismo, hay que considerar que hay peces que tienen un nado con repentinas carreras, como en el caso de los discos, y que podrían dañarse si se introducen objetos punzantes como ramas o raíces finas o troncos con aristas, por lo que es conveniente adaptar ese tipo de elementos a los peces que tenemos y, en todo caso, si introducimos objetos con puntas o aristas, procuraremos que éstas se dirijan hacia el sustrato y puedan quedar enterradas en él.

Los troncos y ramas se pueden tapizar con vegetación, como musgos, helechos, ricia... dándole un aspecto antiguo y lleno de vida.

Las rocas también pueden ser calcáreas, por lo que antes de introducirlas, deberíamos comprobarlo del mismo modo en que se hacía con el sustrato. No obstante, puede que queramos un acuario que necesite un pH muy alto y con una dureza también elevada (para peces del lago Tanganica, por ejemplo), y para ello es útil usar piedras calcáreas o incluso conchas o restos de coral (todos estos elementos liberaran sales y calcio al agua aumentando la dureza y el pH y ayudando a tamponar los cambios en el pH).

Hay rocas muy bonitas para el acuario y con un aspecto "natural" como las rocas Frodo, pagoda, madera, pizarra, spirit, maple, koke volcánica...

La disposición de las rocas puede hacerse siguiendo las normas de los acuarios japoneses, con un sentido religioso, en quien opte por este tipo de acuarios, o tratando de simular biotopos o ambientes ordenados o desordenados... dejemos volar la imaginación, pero sobre todo, probemos varias disposiciones de los elementos decorativos para no andar haciendo cambios una vez puestos, ya que esto afectaría a las corrientes dentro del acuario y a la situación de las plantas (aunque no sea algo trascendental, puede influir).

En mi caso, opté por hacer un acuario sin elementos "artificiales", es decir, lo más parecido a la naturaleza, por lo que elegí un tronco grande que colocar en diagonal para dar profundidad, y dos rocas Frodo (unas rocas neozelandesas de textura suave y compacta y con estratos gruesos muy valoradas en acuariofilia últimamente).

Aquí dejo la foto de mi acuario antes de añadirle la zona central de arena:



Se ve también parte de la bandeja deslizable que comenté en un post anterior.

ACCESORIOS DEL ACUARIO II

Esta entrada es continuación de la anterior en la que comenzábamos a tratar sobre los elementos imprescindibles para el funcionamiento del acuario, y por ello empezamos aquí por la letra e).

e) Filtro:

El filtro es un elemento fundamental en el acuario ya que va a actuar como el riñón del mismo.

Básicamente es un dispositivo que extrae agua del acuario hacia su interior haciéndola pasar a través de un material, variable según los filtros, que sirve para depurar el agua del acuario y evitar que se acumulen sustancias tóxicas para la vida del acuario y retirando, en algunos casos, residuos que se encuentran suspendidos en el agua, para devolver el agua filtrada al acuario.

Hay distintos tipos de filtro que vamos a analizar:

- Filtros de fondo: Son los menos útiles para acuarios de tamaño medio en adelante. Quizá puedan usarse para acuarios de pequeño tamaño. Consisten en una placa de plástico con ranuras que se sitúa debajo del sustrato dejando un espacio libre de sustrato debajo de ella para que circule el agua. La placa se conecta a un tubo que sale por encima del sustrato al que se acopla una cabeza de poder que hace circular el agua desde la placa hacia fuera del sustrato creando una corriente desde arriba hacia abajo con el fin de usar el propio sustrato como filtro tanto mecánico (de partículas grandes) como químico (asiento de bacterias nitrificantes).



- Filtros internos: Son filtros que se sitúan en el interior del acuario. Algunos de ellos aparecen integrados en la estructura de algunos acuarios que se adquieren con ese diseño, mientras que otros se compran a parte. Constan de una bomba que hacer circular el agua por el interior del filtro desde un extremo del mismo hacia otro. En su interior se puede encontrar esponja para retener partículas de gran tamaño y/o canutillos cerámicos o biobolas que sirven para que en ellos aniden las bacterias nitrificantes (hablaremos de ellas en otra entrada).



- Filtros de cascada o mochila: Constan de una cubeta que se cuelga en el borde del acuario (de ahí el nombre de mochila), con un tubo conectado a una bomba que queda introducido en el acuario y que es el encargado de extraer el agua y pasarla al interior de la cubeta. En la parte superior tiene un rebosadero que devuelve el agua al acuario. En su interior se pueden encontrar los canutillos o las biobolas o incluso esponja.



- Filtros externos: Son los filtros más potentes. Constan de una cubeta situada fuera del acuario y dos tubos. Un tubo extrae el agua del acuario hacia el interior del filtro y otro devuelve el agua al acuario, directamente o a través de una flauta que permite distribuir la corriente de agua en un determinado sentido dentro del acuario. Algunos de ellos pueden tener un control electrónico, y también pueden llevar una luz ultravioleta que pretende actuar como "esterilizadora" del agua que pasa a su través con el fin de eliminar organismos patógenos que pueda haber en el agua del acuario (aunque esta función es de dudosa utilidad dada la rapidez con la que pasa el agua por la lámpara de luz ultravioleta).



Los filtros de fondo son los menos útiles ya que necesitan bastante sustrato si queremos usarlos para tratar el agua de acuarios de un tamaño moderado. Para acuarios pequeños, donde van a entrar pocos peces y éstos van a ser de pequeño tamaño, con lo que van a generar pocos residuos, puede ser suficiente con este tipo de filtros. De todos modos, yo no recomendaría este filtro en la actualidad salvo para casos excepcionales. Un inconveniente de este sistema es que se necesita una buena aireación del sustrato mediante el sifonado para evitar que se formen zonas de anaerobiosis que eventualmente pudieran drenar parte de su contenido tóxico hacia la placa del fondo y distribuirlo por el resto del acuario.

Los filtros internos tienen escaso poder de filtración, salvo que usemos varios filtros para un mismo acuario. Suelen tener un continente escaso que deja poco espacio para el material filtrante, y este es el motivo de su menor eficacia respecto a otro tipo de filtros. Además, ocupan volumen del interior del acuario, lo que se lo resta al volumen de agua para los peces, y pueden resultar poco estéticos. Sin embargo, para acuarios medianos o pequeños, pueden ser muy útiles y algunos pueden usarse a la vez como generadores de corriente de agua dentro del tanque. También pueden ser interesantes en el caso de acuarios usados como enfermería o cuarentena si éstos son pequeños y de uso provisional.

Los filtros mochila suelen tener una cubeta con espacio suficiente para poner distintos materiales de filtración y pueden ser muy útiles para acuarios de un tamaño moderado e incluso un poco grandes (a partir de 100 litros) si no están muy poblados. Si se deja espacio entre el rebosadero y la superficie del agua provocan la rotura de la superficie del agua, ayudando a la aireación de la misma y producen un sonido de cascada que puede resultar relajante (aunque a algunos también les puede resultar molesto...cada cual tiene sus gustos).

Los filtros externos son los mejores para mantener el agua del acuario en perfectas condiciones ya que pueden emplearse para acuarios grandes y, si son filtros potentes, permiten una limpieza del agua que permite más densidad de peces (siempre respetando el espacio vital de cada especie) que si se usa otro tipo de filtro o uno menos potente. Suelen tener una cuba bastante grande que permite poner mucho material filtrante, y tienen un flujo alto, y ahí está la clave de la potencia de estos filtros.

Como podéis comprobar, me gustan mucho los filtros externos. También es debido a que tengo un acuario de un tamaño respetable que tiene unos requerimientos de filtración altos, también por los peces que quería poner. Sin embargo, el resto de tipos de filtros pueden ser muy adecuados según los propósitos que tengamos, y ahora veremos algunas claves para configurar y elegir nuestro filtro.

En primer lugar, analizaremos el material filtrante:

- Las esponjas que vienen en la mayoría de los filtros permiten retirar residuos de gran tamaño y también son asiento de bacterias nitrificantes. Por este motivo, las esponjas, sobre todo en filtros pequeños donde ocupan un gran porcentaje del volumen de los mismos, nunca deben lavarse. Sólo se deben aclarar en agua del propio acuario que previamente habremos extraído en un cubo a parte; no se pueden aclarar en agua del grifo porque el cloro acabaría con las bacterias.

- Los filtros más grandes, como los externos, suelen llevar también una capa de perlón que permite filtar residuos en suspensión que aún son capaces de atravesar la esponja. Igualmente, el perlón sólo se puede aclarar en agua del acuario.

Estos dos elementos, esponja y perlón, pueden ser eliminados de los filtros si estamos pendientes de hacer una buena limpieza del acuario usando un salabre (redecilla) con el que retiraremos los elementos visibles a simple vista. Y si no queremos prescindir de ellos del todo, sí podemos reducir su presencia a una mínima parte del contenido del filtro para dejar espacio a otro elemento mucho más importante.

- Filtro biológico: canutillos cerámicos, biobolas, etcétera. Estos son los elementos realmente necesarios en el filtro, ya que son estructuras muy porosas, lo que les confiere una gran superficie con escaso volumen para que asienten las bacterias que van a realizar el ciclado del acuario. Cuanto más contenido de este tipo haya en el filtro más potencia tendrá para mantener el acuario en perfectas condiciones. Al ser los filtros externos los más grandes, son los que más volumen de este material pueden tener y es por ello que me gustan más. Sin embargo, los filtros internos y los filtros mochila pueden ser mejorados por el comprador si sustituyen parte del material en forma de esponjas o perlón por material de filtro biológico.


Otra característica del filtro a tener en cuenta a la hora de escoger el que necesitamos es el flujo o volumen de agua que mueven por hora. El acuario necesita un filtro que mueva al menos el doble de los litros reales que contiene en una hora. A partir de ahí, a mayor flujo mayor potencia del filtro.

f) Aireador:

El aireador es una bomba de aire que permite introducir este gas en el acuario a través de un macarrón conectado a un difusor de piedra o madera porosa.

Su función es permitir la disolución de oxígeno en el agua del acuario ya que los peces no respiran agua, sino el oxígeno disuelto en el agua. Por ello, es necesario permitir que haya intercambio de gases en el acuario para eliminar el dióxido de carbono producido por la respiración de los peces todo el día y de las plantas por la noche, y la entrada de oxígeno. Este intercambio se produce en la superficie de contacto del agua con el aire, pero se ve dificultado por la tensión superficial del agua, que actúa como una especia de barrera que dificulta esos intercambios.

Una forma útil de aumentar la oxigenación del agua consiste simplemente en romper la superficie del agua del acuario mediante la caída de una cascada de agua (como con los filtros mochila que vimos antes); orientando una corriente de agua a través de una cabeza de poder o de la bomba o la flauta de un filtro hacia la superficie del agua de forma que provoquemos ondulación en su superficie; o mediante el empleo del aireador que, al introducir aire crea burbujas que ayudan a disolver el oxígeno en el agua.

El difusor que se conecta al final del macarrón que lleva el aire al interior del acuario tiene la misión de producir burbujas de pequeño tamaño, ya que, a menor tamaño de las burbujas, más superficie de contacto del aire con el agua y más facilidad para disolver el oxígeno en esta última.

La salida del aire se debe colocar lo más baja posible con el fin de aumentar el tiempo que las burbujas están en contacto con el agua, lo cual también es determinante para conseguir una buena disolución del gas.

Existen distintas formas de situar la salida del aireador de forma que puede usarse de manera decorativa. Así, puede dejarse el difusor sin enterrar en el sustrato, lo que provoca que haya una columna de aire bastante gruesa que crea una corriente ascendente de aire y agua que rompe también la superficie del agua del acuario y puede incluso ser del gusto de los peces que jugarán dejándose subir por la corriente y luego nadando en su contra hasta el fondo. También se puede enterrar el difusor para dar lugar a una columna de aire más delgada, con una corriente algo más débil y menos visible. Otra forma de colocarlo consiste dejar el macarrón enterrado horizontalmente en el sustrato, habiéndole hecho antes unos pequeños agujeros en el recorrido que va a quedar enterrado, lo que dará lugar a que se forme una cortina de aire con columnas más o menos espaciadas según la distancia a la que hayamos practicado los agujeros.

Este elemento es especialmente útil en verano, ya que el aumento de la temperatura disminuye mucho el contenido de gases disueltos en el agua, entre ellos el oxígeno. Así, puede que en invierno necesitemos el aireador únicamente durante el día o incluso sólo unas horas, mientras que en verano podemos necesitar más horas de funcionamiento o incluso poner un aireador extra.

Además, siempre que conectemos un macarrón al acuario y el extremo del macarrón que va fuera del acuario acabe por debajo del nivel del agua, habrá que colocar una válvula antirretorno que impida que, en caso de un problema con el aireador como que se desconecte o que pierda fuerza, pueda producirse un vacío que aspire el agua e inicie el vaciado del acuario a través del macarrón por un sistema de vasos comunicantes, lo que podría dar lugar a que te encontraras el acuario vacío, los peces muertos o apiñados en el fondo del acuario y tu casa inundada.



g) Programador:

El programador, del que ya hemos hablado antes, es un dispositivo que se conecta a la toma de corriente y que lleva incorporado un reloj con unas clavijas que, según las dejemos subidas o bajadas, permiten abrir o cerrar el circuito eléctrico a las horas que hayamos escogido. Ésto permitirá que la luz se encienda y apague cuando nosotros hayamos indicado, igual que puede ocurrir con el aireador, el ventilador u otros dispositivos que necesiten un funcionamiento a determinadas horas, de forma automática, asegurándonos el correcto funcionamiento de estos sistemas sin necesidad de nuestra vigilancia constante.


Con estas entradas, hemos repasado los elementos indispensables para un funcionamiento correcto y sano del acuario. Más adelante iremos comentando otros elementos que resultarán útiles pero que no resultan indispensables para el mantenimiento del acuario.